Siempre he sentido una extraña atracción por el humor gráfico. Me siento orgullosa al declarar que Mafalda (guiada por el puño de mi idolatrado Quino) fue una parte esencial en el desarrollo de mis cualidades como ilustradora y guionista. Creo que el arte tiene que ser transgresor, subversivo, y sobre todo debe hacer reflexionar al público. El cómic además tiene la ventaja de ampliar con palabras la humildad de una sola imagen. ¿Cómo no iba a verme arrastrada por este mundo de viñetas y bocadillos?

En esta sección podréis encontrar tanto páginas espontáneas en temáticas y personajes, como otras más personales. También me place presentar a un personaje que a veces le gusta jugar a ser mi álter ego, pero sólo a mis espaldas y sin que yo me dé cuenta: Paloma.

Espero que las disfrutéis tanto viéndolas como a mí creándolas.

 

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